La madera es un material natural y dinámico que cambia según las condiciones ambientales. Factores como el calor, el frío, la humedad y la presión pueden afectar su estado y apariencia, pero esto no significa que los muebles de madera exterior sean frágiles.
Con un mantenimiento adecuado, es posible conservarlos en perfecto estado durante muchos años, e incluso décadas. Los muebles de madera, además de su durabilidad, ofrecen un tacto y apariencia únicos que los hacen destacar frente a los muebles de plástico o metal.
Muebles de madera en exterior: Principales tipos
Para realizar el mantenimiento adecuado de los muebles de madera exterior, es esencial saber de qué tipo de madera están hechos. Las maderas más comunes para exteriores son el eucalipto y la teca, dos opciones populares debido a su resistencia y durabilidad. El eucalipto es una opción más asequible, pero requiere un mantenimiento más frecuente, ya que tiende a perder color con la exposición al sol y la intemperie.
La teca, por otro lado, ha sido tradicionalmente una de las maderas más valoradas para muebles de exterior, aunque su alto costo y la tala no sostenible en regiones como Birmania han levantado preocupaciones ambientales. Esta madera es muy resistente, pero su mantenimiento también exige cuidados periódicos. Si optas por una alternativa más ecológica y duradera, puedes considerar especies como el Iroko, Elondo o Ipe, que aunque son más caras, requieren menos mantenimiento y ofrecen mayor resistencia.
Consejos prácticos para su mantenimiento
Antes de colocar tus muebles de madera en el exterior, elige cuidadosamente su ubicación. La exposición directa al sol y la lluvia puede acelerar el desgaste, por lo que es recomendable ubicarlos en zonas cubiertas, como terrazas o porches. Si tus muebles deben estar al aire libre, cúbrelos con una funda impermeable cuando no los estés utilizando para protegerlos de los rayos UV y la humedad.
Protección ante las inclemencias del tiempo
El agua, el sol y la humedad son los principales enemigos de la madera. Para prevenir daños, aplica aceites protectores especiales desde el primer día. El aceite de teca es una opción popular, aunque el aceite de linaza ofrece una alternativa más natural y económica. Este último, aunque más lento en secar, penetra profundamente en la madera y proporciona una protección duradera. También puedes considerar barnices para exteriores, pero su efectividad es más limitada y pueden generar escamas al deteriorarse.
Es importante recordar que antes de aplicar cualquier aceite o protector, la madera debe estar limpia y, en algunos casos, lijada para asegurar que el tratamiento penetre adecuadamente. Un plan de mantenimiento mínimo puede ser:
- Muebles de eucalipto o teca: Lijar y aplicar aceite cada 2-3 años, dependiendo de la exposición y antigüedad.
- Maderas más duraderas como Iroko, Elondo o Ipe: Lijar y aplicar aceite cada 4-5 años.
Evitar el contacto directo con el suelo
Para proteger la base de los muebles de madera, evita que las patas entren en contacto directo con el suelo. Utiliza tacos de goma o protectores metálicos, especialmente si los muebles estarán sobre tierra o césped. Esto evitará que absorban humedad, lo que puede provocar grietas o inestabilidad.
Resumen
Concluimos diciendo que aunque algunos tipos de madera como el eucalipto o la teca son más accesibles en términos de precio, el costo de su mantenimiento es considerablemente mayor. Optar por maderas más duraderas puede suponer un ahorro a largo plazo, ya que requieren menos cuidados y resisten mejor a las inclemencias del tiempo. Sea cual sea tu elección, con los cuidados adecuados, tus muebles de madera exterior pueden seguir siendo una pieza clave en tu jardín o terraza por muchos años. Y si sois de las personas que os gusta las cosas «cargadas» aquí os dejamos una guía del estilo de decoración maximalista.
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